Artículos

Disciplinas libertadoras


¡El día de una ciudad! / Continuación

... en la totalidad de tu vida. (Proverbios 4: 23)

¿Por qué no le abre su corazón a Cristo? Haga usted esta oración:

Oh Rey del Cielo, Señor Jesús, yo te recibo en mi corazón. Tu me amaste hasta dar tu propia sangre en la cruz. Yo te recibo con alegría. Quiero adorarte no sólo de labios, sino con la fe del corazón también. Yo quiero que tú seas el Rey y Señor de mi vida.

Tome usted esa decisión y el Señor Jesús, que lloró por amor y murió por amor clavado en una cruz, va a entrar a su vida. San Pablo dijo: "El Hijo de Dios, quien me amó y se entregó por mi" (Gálatas 2: 20). ¡Su vida cambiará para siempre!

Luis Palau