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El consejero bíblico


La consejería prematrimonial / Continuación

... de sus magros ingresos para emplearlos en averiguar porcentajes y usarlos como base de mejoramiento social.

Así las cosas, tendremos que depender de lo que hemos observado y experimentado en la práctica de la consejería prematrimonial a través de nuestro largo peregrinaje en el ministerio cristiano.

Mi afán no es convencer a ningún pastor o líder que la necesidad de consejería prematrimonial existe y es aguda. Creo que estamos todos de acuerdo que hemos perdido décadas sin hacer algo que venga a aliviar esta situación. Al presente contamos con varios recursos para mejorar este vacío. Antes de analizarlos, principiemos por enumerar la necesidad que existe:

1. El estado de crisis en los matrimonios hace que la consejería prematrimonial sea una necesidad. Quiero aclarar que voy a estar usando la palabra matrimonio refiriéndome a los matrimonios evangélicos. No creo que nos cause ninguna sorpresa mencionar el resquebrajamiento de matrimonios formados por inconversos, pues es de esperarse siendo que no conocen otro estilo de vida. Habiendo aclarado esto, pasemos a considerar el punto expresado. Mi esposo y yo llevamos casados cerca de 45 años. Él es muy cariñoso y yo muy romántica. Siempre nos ha causado sorpresa la gran cantidad de gente que nos hace comentarios acerca de nuestro matrimonio: «¡Ustedes parecen novios!»; «¿Cómo hacen para mantenerse tan enamorados?»; «¡Así quisiera yo que fuera mi matrimonio!»

En la intimidad, mi esposo y yo analizamos estos comentarios. ¿Por qué causa tanta sorpresa nuestra relación? Debería ser no la excepción, sino la regla entre las parejas de cristianos. Es una lástima que teniendo a su alcance todo el potencial del amor sin límites que el Espíritu Santo imparte a la vida del creyente, lo malgasten tolerando que su relación matrimonial se desintegre y vivan solamente una apariencia. ¿Cuáles son los Sub-totales de esta relación problematica? Estos son:

a) Los hijos desean salirse del hogar lo más pronto posible. En mi práctica de consejera pastoral he tenido el honor de trabajar con muchos jóvenes. Sus quejas son interminables: «Ya no aguanto a mis papás»; «Mi padre es pastor, pero una cosa es en la iglesia y otra en la casa»; «¿Por qué me exigen que me case con una chica cristiana si al fin y al cabo da lo mismo una cosa que otra?».

b) Estos matrimonios proyectan un pobre y raquítico testimonio al mundo que les rodea. ¿Cuál es la diferencia entre una ...

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