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El consejero bíblico


El sexo tiene su lado positivo

por Jaime Mirón


Acabo de leer un estudio que alega que más del 40% de todos los matrimonios tienen problemas sexuales. La experiencia que he tenido al orientar a la gente me dice que el porcentaje es aún más elevado. Luis Palau es quizás el primer evangelista que se caracteriza por predicar clara y abiertamente acerca de los asuntos sexuales, razón por la cual al principio fue muy criticado. Es hora de advertir y mostrar las consecuencias pero a la vez enseñar todo lo que la Palabra de Dios dice acerca de este tema tan cargado de emoción.

El sexo fue dado por Dios para el gozo del hombre y la mujer, para expresar amor y para procrear. El sexo fue creado por Dios para que sea siervo del hombre, no su amo o dueño (Juan 8:34). El sexo tiene como propósito expresar amor dentro de los votos matrimoniales, y usado fuera de dichos votos el sexo puede destruir a la persona. Dios ama al hombre y desea su bienestar, por lo que estableció límites para las relaciones sexuales, dentro de los cuales el hombre puede vivir con gozo y libre de culpa. Cuando el hombre vive dentro de esos límites, manifiesta su madurez, responsabilidad y espiritualidad. Lo antedicho viene a colación porque la inmoralidad sexual tiene el potencial de frenar el avivamiento que experimentamos actualmente en la América Latina. Ha sido y todavía es un punto débil para muchos: el rey David pecó con Betsabé (2 Samuel 11); Judá con su nuera (Génesis 38); Sansón con Dalila (Jueces 38); Salomón mantenía 3000 esposas y 700 concubinas; fue un tema que la iglesia de Corinto tuvo que enfrentar (1 Corintios 5,6).

El sexo también tiene su lado positivo. Hace poco una mujer que había estado casada nueve años con un obrero cristiano pidió orientación sobre este problema. Por un lado su esposo había estado leyendo un libro que trataba sobre las varias posiciones sexuales y quería probarlas con su esposa. Por otro lado, cito textualmente lo que la mujer nos confesó a mi señora y a mí: «Soy candidata a ser monjita». Sucedía que ella tenía una idea falsa de lo que es la santidad. Una vez por semana era más que suficiente, ni hablar de la frecuencia o las maneras que su esposo deseaba especialmente después de completar la familia. La pregunta se contesta en parte con 1 Corintios 7:3,5. Luego leímos juntos Hebreos 13:4 y después el libro de Cantares, 1 Tesalonicenses 4:3 al 5 y Proverbios 5:15 al 20.

Empecemos con el libro de Cantar de los Cantares. Es un libro bastante largo, ...

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